La prueba de tensión de ruptura (BDV) es una de las pruebas más importantes realizadas al aceite de transformador. Esta prueba mide la rigidez dieléctrica del aceite cuando se somete a un voltaje aplicado. El valor BDV determina el voltaje máximo que el aceite puede soportar antes de descomponerse y provocar una posible falla del transformador. La prueba BDV es fundamental para garantizar el funcionamiento seguro y confiable del transformador.
El aceite de transformador se utiliza como medio aislante y debe mantener sus propiedades aislantes durante la vida útil operativa del transformador. El sistema de aislamiento de un transformador se degrada con el tiempo debido a diversos factores, como la calidad del aceite, el estrés eléctrico, el contenido de humedad, los ciclos de temperatura y la contaminación. La prueba BDV ayuda a determinar la calidad del aislamiento del aceite y proporciona una indicación de cualquier falla eléctrica o riesgo potencial, como arcos o corona.
La prueba BDV se realiza utilizando una celda de prueba especialmente diseñada, que aplica un voltaje creciente a la muestra de aceite hasta que se descompone. La tensión y la duración de la prueba están definidas en las normas estándar pertinentes, que varían según la aplicación y el tipo de transformador. La norma más utilizada para las pruebas BDV es la ASTM D1816-18, que especifica el procedimiento de prueba y las condiciones para el aceite de transformador a base de aceite mineral. Otros estándares que se utilizan comúnmente incluyen IEC 60156, IS 6792 y JIS C-2133.
Las pautas estándar proporcionan criterios específicos para determinar los criterios de aprobación/reprobación de la prueba BDV. Los criterios generalmente incluyen el voltaje de ruptura mínimo, la diferencia entre los voltajes de ruptura superior e inferior y el tiempo requerido para alcanzar el voltaje de ruptura. Si la muestra de aceite no pasa la prueba BDV, indica que el aceite debe ser reemplazado o sometido a análisis y tratamiento adicionales.
Además, la prueba BDV es una medida de mantenimiento preventivo que ayuda a detectar signos tempranos de posibles problemas con el transformador. Proporciona una indicación de cualquier contaminación, como agua o partículas sólidas, que pueda estar presente en el aceite y afectar sus propiedades de aislamiento. La prueba BDV también se puede utilizar para evaluar la eficacia del proceso de tratamiento o regeneración del aceite. Las pruebas BDV periódicas, junto con otras pruebas de diagnóstico, como el análisis de gases disueltos, ayudan a garantizar la confiabilidad del transformador y prolongan su vida operativa.
La prueba BDV del aceite del transformador es una prueba de diagnóstico crítica que debe realizarse periódicamente para garantizar el funcionamiento seguro y confiable del transformador. La prueba proporciona una indicación de la calidad del aislamiento del aceite y ayuda a detectar cualquier señal temprana de posibles problemas o riesgos. Las pautas estándar proporcionan procedimientos y criterios específicos para realizar la prueba y evaluar los resultados. El mantenimiento y las pruebas adecuadas del aceite del transformador ayudan a evitar reparaciones o reemplazos costosos y garantizan el funcionamiento adecuado del transformador.